'Gran elefandret' de Barceló en Manhattan

Por Eduardo Suárez (corresponsal). Nueva York

Un extraño se esconde entre los árboles y hace una foto a un elefante de bronce con un iPhone envuelto en una funda de color naranja. La foto la repite varias veces y se la envía a su hijo por correo electrónico. Luego se guarda el móvil en la chaqueta y se mueve en busca de otra perspectiva. Sus ojos oscilan entre la escultura y el otro extremo de Park Avenue, en el que se dibuja la silueta del rascacielos de MetLife.

El extraño es Miquel Barceló y bastan unos minutos con él para comprender que está como un niño con zapatos nuevos. Sonríe al contemplar la obra y gesticula al explicar lo mucho que significa para él verla por fin en este rincón de Nueva York. "Una escultura así está hecha para estar en la calle", explica el artista a EL MUNDO, "yo siempre he tenido muchas ganas de exponer en Nueva York".

'Gran elefandret' nació en los años 90 como una obra más pequeña. "La esculpí en yeso con mi hijo en dos fines de semana", recuerda Barceló, "él tenía entonces unos 12 años y disfrutamos mucho haciéndola. Ahora le estaba enviando una imagen para decirle: '¿Has visto? ¡Ha funcionado! ¡Estamos en Nueva York!'".

Esta escultura es una reencarnación de aquel primer elefante. Mide unos ocho metros y pesa cinco toneladas. Y su cuerpo está suspendido sobre la trompa en un equilibrio imposible que atrae enseguida la atención del espectador. Barceló creó la escultura en Eibar con la ayuda de la empresa Alfa Arte, que digitalizó la estructura y la recreó en poliespán para que el artista pudiera moldearla a base de estopa y escayola con sus propias manos.

"Ninguna de las dos es una escultura naturalista", explica el artista, "por eso no tienen ojos ni colmillos ni tienen el tamaño de un elefante de verdad. Los colmillos primero se los puse y luego se los quité porque no me gustaban. El elefante es un símbolo de la vitalidad de la ciudad".

Barceló explica que su elefante es un animal viajero. Estuvo en el Caixafórum de Madrid y también en Barcelona y Aviñón. Y pronto viajará a Asia y a Chicago. Aquí estará hasta mayo del año que viene y el artista se muere por saber qué harán los neoyorquinos con ella. "Anoche estaban aquí unas 50 personas sentadas", explica el artista, algunos fumando canutos debajo del elefante y otros gritando: 'It's huge'. Me encanta que digan que es enorme. Ocho metros no son nada en Nueva York...".

El elefante se sostiene sobre la trompa gracias a un polo de una aleación especial. "Es como un árbol de acero", explica Jesús Rodríguez, responsable de Alfa Arte, "la aleación le da flexibilidad y le ayuda a mantenerse en pie". Rodríguez explica que la primera idea de Barceló era que la obra estuviera enterrada. Un detalle imposible en una exposición temporal.

Aquí, como en Aviñón, la escultura se asienta sobre un podio escalonado que permite a los neoyorquinos observarla desde abajo y sentarse a su alrededor. Alfa Arte ha trabajado con Jorge Oteiza y con muchos otros artistas y el elefante no es su único proyecto con Barceló. El artista trabajó en el taller de la empresa y fue modificando la obra con la ayuda de dos grúas y distintos materiales para recrear la textura ideal sobre el poliespán. "Nosotros respetamos su obra hasta el último poro", dice orgulloso Rodríguez, "la calcamos en un molde de silicona, la fundimos en 30 piezas de bronce y luego la soldamos hasta lograr lo que ve".

Barceló está muy satisfecho con el resultado y recuerda que a él le gusta crear las esculturas de principio a fin: "El elefante nació primero como un dibujo y luego como una escultura de yeso. Ahora es una obra más grande y ha venido hasta aquí. Estoy muy contento porque esta es la ciudad de Pollock y De Kooning y es muy especial para cualquier artista que haya nacido en el siglo XX".

El elefante se levanta en el extremo suroriental de Union Square. En una isleta arbolada donde Park Avenue se desdobla entre Broadway y la Cuarta Avenida. "Es un rincón muy especial y me gustó mucho", dice Barceló, "vine con una maqueta y estuve estudiando dónde ponerlo. Es un proceso muy concienzudo".

El elefante llegó en barco y así se irá de Nueva York. Barceló se quedará para ver la exposición antológica de Willem de Kooning y se volverá luego a Mallorca. "Estoy pintando retratos y una obra muy grande con la que llevo mucho tiempo. Pero no voy a decir qué es. Luego da mala suerte", dice enigmático.


Noticia extraída de http://www.elmundo.es/america/2011/09/13/estados_unidos/1315942759.html

Mala Educación

Mañana, 20 de septiembre, está convocada una huelga de profesorado en protesta por la ampliación de horas lectivas (con los recortes que esto conlleva). En la red se mueve este vídeo explicando de forma clara el punto de vista de muchas personas (seamos del sector de enseñanza o no)que pensamos que las soluciones no tienen que pasar siempre por la reducción de lo público.